Ir al contenido principal

"RAÚL SCALABRINI ORTIZ Y LOS INTELECTUALES" por José Hernández Arregui

"Raúl Scalabrini Ortiz estuvo sólo. Sin embargo, un verdadero escritor nacional nunca está solo. Su obra, inspirada en el pueblo, al pueblo vuelve. Y, tarde o temprano, la colectividad entera lo convierte en parte dolorosa y triunfante de la patria. De la patria a construir. Pues no hay patria sin soberanía nacional. Bajo el dominio extranjero la patria no es una categoría histórica inmóvil, sino lucha viva, desgarrada, permanente, por la liberación nacional. Hay dos patrias. La de los que la gozan, la prostituyen y la explotan. Y la de los que la padecen. La de Raúl Scalabrini Ortiz fue una patria padecida. Una patria oprimida. En esa patria negada por una minoría que la inmola a sus intereses de clase y, en contraposición, afirmada por el pueblo, Raúl Scalabrini Ortiz fue —lo repetimos— la dignidad de la inteligencia nacional. Y eso plantea el problema de los intelectuales en los países coloniales. En general, los intelectuales forman una capa social admitida y palmoteada mientras cortejen con su palabra o su silencio a la clase dirigente. En el caso argentino, y en la época de Scalabrini Ortiz, a la oligarquía terrateniente satélite de Gran Bretaña. Este es un fenómeno típico de todos los países dependientes, en los que la subordinación del país crea, a su vez, intelectuales subordinados a esa oligarquía, y en nuestros días, a los grupos económicos ligados, en particular en la Argentina, al imperialismo yanqui. O mejor, anglosajón. En tal orden, la “libertad” de la inteligencia es una ficción escandalosa, o sea, “libertad” para consentir en forma abierta o encubierta, la dependencia del exterior. Y en esto reside la traición de los intelectuales al país que sufre la opresión extranjera. No pueden hablar de libertad aquellos que dependen de diarios, revistas, cátedras pagadas directa o indirectamente por el colonialismo, y por ende, controlados por la censura oficial.




En los países coloniales —y la Argentina lo cual lucha como pueblo sin pedir un mendrugo de gloria. La mayoría de los intelectuales, esos que han logrado un nombre, se refugian en la abstención política, que es una forma del sometimiento. Tales intelectuales son parte del espectáculo colonial. Dígase cuanto se quiera, la realidad que circunda al intelectual es política y su silencio es político. El silencio de los intelectuales se llama traición al país. Para ellos, ser escritor es conseguir publicidad a costa de cualquier prevaricato. Por eso, en tanto masajistas del éxito social son no más que fugaces pasajeros de la fama. Y el pueblo los ignora. Hablan de libertad pero medran a la sombra del sistema que deroga la libertad del pueblo. Si los intelectuales se apartan de la política no es por superioridad sino por cobardía y adhesión tácita o expresa al colonialismo. Por eso tales intelectuales en los programas de radio o televisión, se expresan con palabras a medias, triviales, conformistas, alejadas de los problemas ardientes del país. La dependencia colonial no sólo es económica, es en su mediatización más innoble, colonización intelectual. Un intelectual que calla el horror y la vergüenza del colonialismo, es un mercenario que sirve a las potestades aciagas que paralizan al país. El intelectual que no usa sus conocimientos como militancia, de hecho acepta al régimen colonial que exige y paga la existencia de una inteligencia adicta. El valor de una obra se mide por su posición crítica frente a la época en que nace, por la postulación de los problemas que agitan a la comunidad, y esta misión de los intelectuales sólo es posible cuando se desafían sin renuncias a los poderes que velan, a través de las desfiguraciones del imperialismo y sus aliados nativos, los problemas nacionales irresueltos. En un país colonizado la labor del escritor es militancia política. De lo contrario es pura miseria de la inteligencia pura. ¿Cuándo la Universidad ha alzado su voz contra el colonialismo? ¿No prueba esto que la Universidad, antes que templo del saber, es el asilo de la cultura colonial? O sea, de la invasión mental desfuerzas extrañas a lo propio. ¿Cuándo los escritores argentinos agremiados en la SADE han denunciado la entrega del país, los fusilamientos de 1956, las torturas, las proscripciones políticas de millones de argentinos? ¿Cuándo? Los trabajadores hacen bien en desconfiar de esa “inteligencia” argentina que no osa decir su nombre mientras el país se debate en la violencia, en la lucha por la liberación nacional.


Mas, junto a estos escritores hay otros. Una minoría que, en rigor, representa a las mayorías nacionales sin libros pero con conciencia de la patria avasallada. Son intelectuales que no se resignan ante el estado de cosas establecido, y muestran tanto los mecanismos y las lacras pestíferas de la servidumbre colonial como el papel subalterno del la inteligencia culpable. De esos intelectuales que mientras el pueblo lucha en las fábricas, en las calles, aparecen en las pantallas de televisión, y del este modo, lo sepan o no, son parle de los avisos comerciales, el lado culto de la servidumbre cultural al imperialismo.


Los escritores auténticos saben soportar el silencio y prefieren darle formas de ideas a las intuiciones y heroísmos colectivos convirtiéndose así en testigos y actores de la época que les toca vivir. A esta raza de escritores nacionales perteneció Raúl Scalabrini Ortiz, prototipo del intelectual que hizo del pensamiento argentino militancia política y no de la política algo negable por una inteligencia amordazada. Así se realizó Raúl Scalabrini Ortiz."

*Extracto de documento publicado en Peronismo y Liberación Nº 1, agosto 1974

Comentarios

Entradas populares de este blog

"LA NACIÓN SEGÚN “MAYO-CASEROS” por Arturo Jauretche

de la obra: “Los Profetas del Odio y La Yapa” En el espíritu que informa la línea Mayo-Caseros como dice Fermín Chávez (op. Cit.) – que en este sentido es totalmente expresiva de nuestra “intelligentzia”-, Mayo no se hizo para constituir una nación como fin en sí; esta se realizaba como medio para llegar a lo que Caseros logró: la creación de un sistema institucional. Así los atributos que corresponden a la nación son subsidiarios de los que corresponden a lo institucional; de aquí que la traición a la Patria no resulta de la negación de su soberanía, sino de la alteración de su régimen institucional. En tal mentalidad atentar contra el mismo es motivo de proceso previsto en la Constitución; no lo es aliarse con el extranjero si el motivo es defender las instituciones, cualquier sean las concesiones que al extranjero se hacen, y que son imprescindibles porque el extranjero recaba precio. Esta actitud era lógica en los vencedores de Caseros que cohonestaban así su a

"EL FUBISMO Y LA INTELIGENCIA" por Arturo Jauretche

Los hechos recientes - 1955 - no son más que una reedición de lo que sucedió en setiembre de 1930. Entonces como ahora los estudiantes jugaron a favor de la oligarquía y el imperialismo que pretenden combatir.... Desde que recuerdo, los muchachos han tenido esa posición teórica. Sin embargo no ha habido golpe contra los intereses del pais y del Pueblo que no haya contado con su apoyo.(...) Lo atribuyo en parte a la falta de experiencia política de los jóvenes, a un esteticismo sumado al poder de las ideas, que les hace recharzar los movimientos de las masas, cuyas imperfecciones no se compaginan con la imagen ideal. Hace falta vivir para comprender que los movimientos históricos tienen que estar como la palmera, con la copa en el cierlo y la raíz en el barro.... El estudiante está en esa posición presuntuosa de la adolescencia y su coquetería intelectual se irrita ante la bastedad y grosería aparente de lo popular; hay que estar de vuelta para percibir su decantada finez

"PERÓN Y LA TERCERA POSICIÓN MUNDIAL" por Fermín Chávez

El 6 de julio de 1947, el presidente argentino dirigió un mensaje a todos los pueblos del mundo, por medio de más de 1.000 radioemisoras (entre ellas, la BBC de Londres), en que planteaba objetivos de cooperación económica y de paz mundial, desechando los extremismos capitalistas y totalitarios, fuesen éstos de derecha o de izquierda. La labor -señaló - para lograr la paz internacional debe realizarse sobre la base del abandono de ideologías antagónicas y la creación de una conciencia mundial de que el hombre está sobre los sistemas y las ideologías, no siendo por ello aceptable que se destruya la humanidad en holocausto de hegemonías de derecha o de izquierda. En su histórico mensaje Perón reclamaba el desarme espiritual de la humanidad, desde que ya no podían ser factores coexistentes en el mundo la miseria y la abundancia, la paz y la guerra. El documento Por la cooperación económica y la paz mundial fue enviado por la Cancillería argentina a los gobiernos hispanoa